Ante todo, cualquier persona que tenga una autoestima baja debería abstenerse de practicar D/s. El motivo es muy evidente, en este tipo de juego, o forma de vida, o filosofía, o como quiera calificársele, ya que depende de cómo lo viva cada cual, hay dos roles claramente definidos: uno Dominante, y otro sumiso. Por supuesto un Dominante con baja autoestima teóricamente no lo practicaría, ya que se necesita mucha destreza mental, seguridad, firmeza, etc., cosas que obviamente no podría ejercer si no estuviera seguro de sí mismo.
Hablemos entonces de la sumisa. Hay la falsa creencia de que la sumisa es un ser “inferior”, ya que acata las órdenes de otro ser, su Amo. Paradójicamente, la sumisa debe ser una persona fuerte, conocerse bien a ella misma, valorarse, estimarse, lo que también equivale a tener una autoestima alta. Para entregarte a otra persona, primero has de tener muy claras tus ideas, saber escoger a quien te entregas, aprender y mejorar cada día como persona para que tu Amo se sienta orgulloso de ti, y quererte a ti misma. Una sumisa es el reflejo de su Amo, así que tanto el uno como el otro, querrán que ella crezca, no que ella vaya devaluándose como persona. Y lo más importante de todo, que todo lo que gane la sumisa tanto personalmente, emocionalmente, sexualmente, etc., redundará en un placer y disfrute por parte de su Amo. Cuánto más nutras a tu sumisa, más te complacerá y te dará. Esto es una tarea que requiere tiempo y mucha paciencia, pero los frutos obtenidos serán sólidos y placenteros para los dos.
Hago un inciso para decir que si una sumisa quiere practicar la D/s para sanar esa autoestima, no es para nada aconsejable. Esto es un modo de vida, no una terapia psicológica, y puede acarrear muchos problemas tanto a su posible Amo, como a ella. Lamentablemente hay muchos Amos que no velan adecuadamente por la salud mental de su sumisa, y se limitan a humillarla. Eso puede causar lesiones psicológicas graves, así como anulación de personalidad por dependencia de las decisiones que su Dominante toma por ella. Y es más, un Dominante que vea que su sumisa tiene problemas psicológicos, debería alertarse, ya que no olvidemos que al aceptarla, él asume unas responsabilidades, por lo tanto una persona trastornada puede provocarte un sinfín de problemas, incluso legales si ésta decide denunciarte. En este mundo nos valemos de la confianza, así que es mejor para ambos saber con quién estamos jugando.
El juego de la humillación
Como ya hemos mencionado antes, ambas personas adoptan roles opuestos, uno Dominante y otro sumiso. El Dominante es el que adiestra, dirige, ordena y controla todo. La sumisa está en manos de su Amo y debe obedecerle, y acatar sus decisiones, salvo las que previamente hayan pactado como límites.
Podríamos diferenciar dos tipos claros de humillación: la física y la mental. La física está claro que es la parte en la que el Dominante, mediante unas técnicas, inflige dolor a su sumisa, ya sea por placer o por un castigo, o por adiestramiento. En cierta manera aquí estaríamos delante de un comportamiento sádico y un comportamiento masoquista, a distintos niveles, desde los más suaves, hasta los más duros. Es importante encontrar alguien que tenga las mismas expectativas que tú en este sentido.
Nos encontramos en lo que se llama una sesión o –escena-, en la cual ambos disfrutan de la ejecución de dichos actos. Un ejemplo: el Amo azotando y la sumisa recibiendo dolor. Ambos obtienen placer a su manera. Uno viendo el efecto de sus actos en la otra persona, y la otra entregándole su cuerpo para su placer, además que es sabido que para muchas personas el dolor es excitante, y mezclado con el sexo se pueden alcanzar cotas muy altas de placer y éxtasis.
Antes de poder entregarse totalmente, la sumisa debe ser preparada y adiestrada por su Amo, quien debe vigilar que sus actos sean bien entendidos. Para adiestrar a la sumisa, esta ha de pasar unas pruebas, una educación. Ha de ser disciplinada cuando debe, no ha de ser celosa, ya que su Amo no le pertenece, sino ella a él. Es decir, un sinfín de cosas que debe asimilar, y muchas veces serán costosas de entender. Un Amo puede usar cierto vocabulario, o firmeza o disciplina, o incluso hacer que la sumisa haga cosas que no le son agradables, con lo cual son humillantes, ya que van en contra de las normas y educación que recibimos en la infancia, y lo que cotidianamente vivimos. La tarea del Amo es hacer que entienda que eso es parte del juego, que no es nada personal, y que no la menosprecia para nada. Si no es así, puede que ella se sienta realmente humillada como persona, y que sufra crisis de autoestima, se sienta inferior, devaluada. Esto sería la humillación mental. El hecho de situarla en un plano abstractamente inferior en ese momento.
Si esto no se entiende bien, si el Amo no explica bien sus métodos para que la sumisa avance, puede que ella los malentienda y se sienta frustrada y que piense que no sirve como sumisa y que no le complace. Para ello ha de haber mucha confianza y comunicación. La sumisa no debe callar nunca sus temores, ya que pueden ser infundados. Y los castigos infligidos por el Amo han de ser para mejorarla, no para hundirla. Si se fracasa ahí, puede sufrir crisis de autoestima, y más si se trata de una sumisa con tendencias perfeccionistas, y con una mente analítica. Es un error típico de las personalidades analíticas intentar encontrar explicaciones para todo, y no todas tienen una explicación de este tipo. Son directrices que el Amo usa para causar unas reacciones. A veces nada es lo que parece. La sumisa puede estar pensando que su Amo no la valora, y sin embargo él está intentando provocar una reacción en ella para adiestrarla o para que supere problemas y trabas.
Es por ello que muchas veces nos encontramos con sumisas inteligentes que dicen tener baja autoestima. Esto, lo que significa, es que su mente no lo entiende de manera lógica, no lo procesa correctamente, y se crea una alarma en forma de sentirse mal, ya que tiene que hacer cosas que le son muy costosas, y su psique se rebela. Ella se forma sus propias teorías de lo que está sucediendo debido a su tendencia a analizarlo absolutamente todo. Este tipo de sumisa suele ser bastante rebelde y difícil de llevar, ya que no se dejará llevar con la misma soltura que alguien que no cuestiona ni analiza ni piensa tanto las cosas. Pero con el tiempo y paciencia se enriquecerán enormemente como personas y como sumisas y su entrega será inmensa y total, ya que el camino que han recorrido ha sido largo, han comprendido, y ya no dudan.
Con lo cual, tres pilares muy importantes para que se dé esa entrega que todo Amo anhela son: Confianza, comunicación, y respeto.
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